domingo, 18 de marzo de 2012

Maternidad subversiva

A mi no me gusta el tipo de crianza por el que aboga la gran mayoría. No me gusta ejercer la autoridad con mis propios hijos, no me gusta enseñarles a respetarme desde el miedo.

No quiero educar a mis hijos mediante estímulos aversivos, no quiero pegarles para que aprendan a no pegar.

No quiero gritar para que bajen su tono de voz, ni enfadarme porque manchen su ropa, y no quiero presionar para forzar una motivación que llegará por sí misma salvo que se presione, (¿tiene sentido?).

El ejercicio de la maternidad/paternidad nos otorga un poder pocas veces valorado, supone una transmisión de la cultura, un camino a la vida en sociedad, una sociedad que no elegimos, pero sí podemos cambiar.

Pensemos qué tipo de adultos queremos que formen este mundo, seamos conscientes, realmente conscientes, de cómo influimos en ello.

Podemos tratar a nuestros hijos como quisiéramos ser tratados, como nos gustaría que ellos trataran en su día, relacionarnos con los pequeños de igual a igual desde la comprensión, desde la sabiduría, desde la observación. Y sin olvidar que se aprende desde la imitación, experimentando, equivocándose, frustrándose a veces, jugando, riendo...
Ensayo-error-acierto (o no).

Si tuviéramos integrado el poder del que disponemos, si fuéramos sabedores del mismo, seguramente el modo de actuar con nuestros niños no dejaría cabida al debate, caería por su propio peso.

Pero así las cosas, entiendo que queda una opción, la menos cómoda, la menos aceptada, la menos valorada, la más censurada, pero bajo mi punto de vista y en lo que a mi respecta, la única posible: la maternidad subversiva.

Subversión:
- Su etimología puede analizarse de la siguiente forma, "sub" "versivo", una versión diferente, por debajo de la oficial, una óptica distinta a la implantada por el administrador de la sociedad. (Wikipedia)
- Inversión, desestabilización o revolución de lo establecido. (Wordreference)

¿Qué os parece? ¿iniciamos la revolución?



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