A vueltas con la educación...
Y digo yo que no seré la única que lo piensa, pero no he oído que nadie lo diga... Todo el mundo habla de los recortes, de la bajada de sueldos de los maestros, de las bajas sin cubrir, de la falta de calefacción en las aulas, que las escuelas no tienen ni para comprar folios o hacer fotocopias, que deben tomarse medidas, que protestemos y protestemos todos juntos!
Me parece bien, al fin y al cabo la educación es un derecho y la escuela un recurso social que no debemos permitir que nos quiten (sí luchar para que mejore), y que el profesorado está viéndose injustamente afectado (y de rebote los miles de niños que hacen uso de la escuela...), y digo injustamente porque ya podrían recortar de otros sitios... hasta aquí todos de acuerdo.
Y resulta que los colegios se unen (al menos en mi provincia) y crean una especie de protocolo de actuación ante los recortes, más o menos unánime, que consiste básicamente en reducir gastos, lo cual es oportuno y al mismo tiempo educativo porque empezar a usar el tablón de anuncios o el correo electrónico en lugar de gastar folios y folios, tintas, toner, tiempo, papeleras... es lo que toca por ecología más que por ahorro.
Gastar menos luz, economizar el gasto de radiadores (que no dejar de usarlos) porque hasta ahora se usaban con las ventanas abiertas!!!, dar de baja la suscripción a periódicos varios... (si se pueden leer por internet!). Todas estas opciones son razonables e incluso deberían haberse valorado antes, como digo por una cuestión de ecología, trasmisión de valores mediante el ejemplo y control del gasto (aunque nos sobre el dinero!).
Pero además de la reducción del gasto, se plantean medidas de presión que consisten únicamente (y corregirme si me equivoco), en concentraciones varias y supresión de actividades extracurriculares, esto es: no más excursiones ni salidas del centro, no más fiestas tipo día de la paz, carnaval, pascua..., no más competiciones interescolares..., al final: no más participación de las familias en el ámbito escolar!!!
Aquí quería yo llegar, que como medida de presión se queda pobre, pero como cerrada de puertas en la cara de los padres no tiene precio. Eso sí, se les invita muy cordialmente, es más se suplica, que acudan a las manifestaciones, que apoyen al profesorado, que comprendan y respeten las medidas...
En un momento en que la institución escolar cojea por donde la mires, cuando los niveles de fracaso escolar no podrían ser más elevados (o sí, temblemos...), y la motivación de los niños y jóvenes por el conocimiento académico ralla lo inexistente, no parece que cerrar puertas pueda ayudar en nada.
Y sé, o quiero creer, que no es el objetivo de las medidas, pero es un daño colateral no suficientemente valorado en un momento en que debería empezar a hacerse todo lo contrario, sacar a los niños a la calle, dejarles aprender con la práctica, mediante la observación, participando in situ... que la comunidad entre en la escuela, que la escuela salga de esas cuatro paredes!!!
Y entonces todos somos partícipes, todos somos interesados, todos nos enriquecemos y todos nos sentimos ofendidos ante los recortes.
De este modo, lástima, nos están dejando al margen para no conseguir nada.
Y mi alma de educadora social (frustrada pero mía) se revuelve de impotencia.