miércoles, 30 de noviembre de 2011

Apatía

Siempre hay algún día de estos, en que todo parece un poco más lejos, un poco más alto.

Será que se acerca la navidad, que oscurece demasiado pronto, que las calles se llenan de luces artificiales, que el tiempo es demasiado frío...

Será que el mundo se ha vuelto loco, que los que están son tachados de estar demasiado y los que no están reciben la palmadita en el hombro.

Que hemos vuelto a aquello de ser vigilados por el otro cuando el otro debería estar tendiendo su mano en lugar de poniendo zancadillas.

Será que el dolor de la gente que quiero se me clava demasiado dentro.

O que hace meses que se fue y aún no he aprendido a vivir sin ella. Que estos días no pueden existir si antes no vuelve, que no quiero re-convertir en otra cosa lo que siempre ha sido.

Será que desde allí tira con fuerza y nos arrastra un poco. Que se lo está llevando pasito a paso.

Y quizá no es más que un tiempo llenito de melancolía, o ese momento en que se te abren los ojos y miras.

Puede ser porque las leyes no amparan y las libertades se pisotean. O puede ser porque mi princesa linda se hizo mayor y yo andaba despistada.

Puede ser que la posibilidad de un futuro incierto produzca vértigo, o tal vez que se ha deshecho el nido en el que cobijarse.

Será que cuatro paredes son demasiadas. Que se me escapa entre los dedos, que no me doy cuenta.

Será...


sábado, 19 de noviembre de 2011

Carta a un vagabundo.

Estimado vagabundo,

Me decido a escribirle porque siento la imperiosa necesidad de agradecerle varias cosas, aunque le parezca extraño:

Gracias por haber elegido como vivienda el banco de la plaza que puedo ver desde mi ventana. Sé que en su elección no disponía de demasiadas opciones, pero está en ese banco y en esa plaza, y no en otra.

Gracias por su presencia serena, respetuosa, digna.

Gracias porque no abandona el orden en su vida, (y a todos se nos contagia un poco), preparando su "cama" puntualmente con la llegada de las primeras estrellas, y estando en pie cada mañana a las 7h, llueva o truene. Es usted un ejemplo de constancia.

Gracias porque nos enseña a todos los que pasamos por su lado, o le observamos por una ventana, que las pertenencias de una vida caben en el carro de un supermercado, y sobra espacio.

Gracias porque siempre tiene tiempo para escuchar a los transeúntes que se paran a desahogarse en su silencio, ¿qué importa si lo hace acompañándose de un cartón de vino?, lo hace y es lo que cuenta.

Usted me recuerda cada día el mundo en que vivo, donde la caridad está por encima de la solución, donde todos creemos tener más prisa de la que en realidad tenemos, donde las personas ya nos estamos yendo cuando todavía no hemos llegado, donde saber parar, mirar y sentir está reservado para unos pocos. Todo esto que me enseña me hace más sensible y al mismo tiempo más fuerte, gracias.

Y gracias muy especialmente porque usted es parte de la sociedad que educa a mis hijos con su presencia, con sus palabras, con su silencio...

Atentamente,

La que pasea al perro por su plaza bien entrada la noche
y lo hace de puntillas para no perturbar su sueño.

PD. Por favor, cuídese esa tos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Título de madre.

Nacemos con millones de recursos y capacidades ilimitadas esperando despertar.

A algunas personas nos cuesta casi la mitad de una vida descubrir que somos válidas para aquello que soñamos ser. A otras les cuesta la vida entera.

Pero hay un momento en el ciclo vital de las mujeres en general, que supone un hito y una oportunidad, que te revuelve por dentro, que revoluciona tu interior y que despierta (porque la necesidad obliga) todas aquellas capacidades que tenías desde siempre, pero desconocías por completo.

La llegada de la maternidad.

Una madre desarrolla su sentido auditivo, es capaz de adaptarlo a determinados sonidos y además los clasifica por niveles de urgencia. Sabe cuando un golpe en la otra punta de la casa corresponde al bote de una pelota o a un cabezazo contra la pared. Diferencia cuándo un llanto significa petición de mimos, y cuándo tiene más que ver con unos dedos pillados en el cajón.

Una madre desarrolla su sentido del tacto porque no es lo mismo un jersey 100% algodón que uno con un 5% de lana, sobre todo si algún miembro de la familia es alérgico. Y la temperatura del agua en la ducha no puede ser la misma para el hijo mayor que para el pequeño, porque son diferentes y tienen sus propios gustos.

Una madre multiplica en un 200% su capacidad visual, los márgenes se ensanchan y puede conducir sin perder de vista la carretera, al tiempo que vigila a su bebé por el retrovisor y sintoniza la radio. Puede mirar las piruetas que su hijo hace por la calle, empujar el carro del bebé sin comerse ningún bordillo, adivinar la intención del vehículo que se encuentra un kilómetro más allá y a veces hasta atender el móvil al mismo tiempo. (Ya si tiene gemelos o trillizos... haced la cuenta).

Una madre sabe lo que es el olfato, lo necesita y lo usa. No es lo mismo un pañal limpio, que uno sucio. No es lo mismo el invierno cuando huele a lluvia y mejor quedarse en casa, que el aroma a tiempo de primavera. No es lo mismo (y hay que saber reconocerlo), el olor a comida recién hecha, que el olor del momento justo en que el puchero empieza a quemarse. Y no olvidemos el olor a gas, las madres tiene un doble sentido para eso.

Una madre es capaz de recordar el nombre de todos los amigos de su hijo, incluso de los niños que no le caen bien (por si acaso). Puede tener en su mente varias citas médicas, números de teléfono imprescindibles, la lista de regalos que el niño espera por su cumpleaños (ya haremos selección llegado el momento...), la talla que viste y calza cada uno de sus hijos, aunque cambie mensualmente, y por supuesto sabe dónde encontrar la zapatilla que se perdió anoche, la muñeca con la que jugaron hace tres días, el libro aquel que leímos la semana pasada y la gomita del pelo rosa.

Una madre, aunque no lo crea, tiene memoria fotográfica y ya en el supermercado revisa la despensa y la nevera en su mente. También tiene fotografiado el armario ropero, el cubo de la ropa sucia (blanco, oscuro...), y el mapa del mundo lleno de lucecitas de colores en los lugares donde, de momento, no podrá ir.

Tiene un sentido de la practicidad casi inmejorable y se manifiesta cuando va del salón a la habitación para abrir una ventana, pero por el camino recoge la chaqueta que colgará en el armario, tira el babero a lavar ya que pasa por el baño y aprovecha para coger la escoba, apaga la luz del pasillo que quedó encendida y cuando llega a la habitación ya que está, hace la cama, barre un poquito y recoge los juguetes que guardará en la habitación contigua al tiempo que abre otra ventana y dobla algunas prendas, lleva el vaso de agua a la cocina y aprovecha para poner la lavadora, fregar los cacharros y hacer la comida.

Las madres tienen manos diferentes, donde el celo no se enrosca en los dedos y el pegamento no se queda en las uñas (y si ocurre nadie se entera), porque siempre hay un muñeco al que reparar, un dibujo que colgar, una tirita que colocar estratégicamente, una tetera preciosísima que se ha convertido en puzzle o un pelo increíblemente enredado que habrá que peinar sin que duela.

Las madres no necesitan calculadora para hacer números, están en su cabeza, y saben hasta donde se puede tirar de tarjeta y cuándo hay que poner freno.

Las madres son indiscutiblemente ingeniosas, porque se organizan para caminar por la cuerda floja sin perder el equilibrio, ni la elegancia. Porque pueden sonreír cuando llorarían a mares. Porque sostienen cuando necesitan ser sostenidas.

Ser madre te da un bagaje que no puede darte ninguna otra cosa en la vida, y digo yo, ¿por qué no homologan un título que acredite todas esas capacidades?, ¿por qué no ponemos en el currículum vitae nuestra condición de madres? y ¿por qué no se nos abren las puertas del mundo laboral de par en par? (de los puestos que practican la conciliación, eh?).

La sociedad no sabe lo que se está perdiendo...

viernes, 11 de noviembre de 2011

Primeros pasos.

No puedo resistir la tentación de colgar este video.

El domingo pasado, después de 24h trabajando, más una de hospital con mi abuelito, llego a casa absolutamente rendida y mi maravillosa familia me recibe de este modo.

¿No es fantástico tener hijos?



(Después tuvimos que hacer un video a cada uno de los otros dos para que supieran que son igual de importantes...)

Carta abierta a El País

A raíz de un artículo publicado hace unos días por el periódico El País, un padre homeschooler que ha elegido de forma responsable educar a sus hijos en la libertad que consideraba más adecuada para ellos, reacciona con una carta abierta que no puedo menos que compartir tal cual, porque suscribo cada una de sus palabras y porque no podemos permitir que los medios de comunicación de este país manipulen la información de manera que todos quepan en los mismos sacos.

Castigo, educación, familia. Carta abierta al diario El País.


Me entero horrorizado por un artículo publicado en la sección de sociedad el pasado 8 de este mes, del terrible maltrato que promueve el libro Cómo educar a tus hijos del pastor evangélico de Tennessee, Michael Pearl y que ha conducido a la muerte de varios niños en los EEUU.

Sin embargo, el artículo sorprende al relacionar los dramáticos hechos con la educación en casa o Homeschooling, generando infundadamente un clima de desconfianza y aún de alarma social sobre dicha práctica. El uso de los datos hace creer al lector que tal práctica educativa está necesariamente ligada al fundamentalismo religioso, al confinamiento y maltrato infantil, nada más lejos de la realidad de una práctica que implica a dos millones de niños en EEUU, una opción cada vez más conscientemente elegida por una gran variedad de familias en todo el mundo, precisamente por un especial celo en el bienestar y desarrollo de niños y niñas.

En primer lugar, el maltrato infantil, o terrorismo adulto doméstico, es un serio problema que según un informe de Unicef de 2003, causa la muerte de 3500 menores al año en los países ricos, la gran mayoría de ellos en EEUU, México y Portugal. Esto constituye tan sólo la punta del Iceberg de una lacra social que se estima de alrededor de 200 casos de maltrato físico por cada muerte, lo que nos acercaría a la cifra de un millón de niños que sufren agresiones en el ámbito familiar en los países desarrollados. La prensa no presta demasiada atención a una cuestión, el uso de la violencia sobre niños y niñas, que hasta hace poco estaba legitimada y legalizada, y que aún hoy sigue siendo considerada por gran parte de la sociedad aceptable y necesaria en diferentes grados: desde los partidarios del cachete y los convencidos de la zapatilla, hasta los fanáticos de la vara y el látigo, como el infame pastor de Tennesse.

Por otro lado, estudios realizados en EEUU y en España, revelan que la cuestión religiosa no es la primera motivación de quienes deciden educar al margen de la escuela convencional. El homeschooling es un movimiento plural que reúne en su seno muy diversas tendencias y estilos de vida y aprendizaje. La mayor motivación para elegir la educación en casa en España, según el estudio realizado por el profesor Carlos Cabo, dista mucho de ser la religiosa, moral o ideológica.  Los homeschoolers en España apelan a razones pedagógicas y, curiosamente de socialización, como los principales motores de su decisión. Si bien en EEUU la realidad es que los motivos religiosos son muy significativos, comparten relevancia con la preocupación por el entorno escolar y la desconfianza en la pedagogía oficial, según un informe del departamento de Educación de los EEUU de 2007. Tanto en EEUU como en Europa, los homeschoolers cubren todo el aspecto ideológico, desde los más conservadores hasta los más progresistas. Todos parecen compartir un especial interés en proporcionar a sus hijos mayor bienestar y capacidades de crecimiento que los que la escuela tradicional parece ofrecer, asumiendo para ello hasta el final su responsabilidad como padres.

Por eso, unir en el imaginario del lector estas dos realidades, es falsear ambas, convirtiendo el maltrato infantil en un hecho anecdótico que implica a fanáticos religiosos de otras latitudes - cuando es un problema extendido por todo el mundo y presente en todas las capas de la sociedad, que ocurre en la puerta de al lado y del que se hace con demasiada frecuencia oídos sordos, y al mismo tiempo desprestigiando un movimiento global y plural, que busca principalmente la libertad educativa y la convivencia en paz de la diversidad. Lamentamos profundamente que cuando se tocan estos dos temas de rara aparición en los medios, se haga para frivolizar un serio problema y criminalizar a un colectivo inocente.

atentamente,

un padre que educa en libertad para la libertad.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Entrevista en "20 Minutos"

Hace unos días me entrevistaron vía telefónica para el suplemento del Diario 20 Minutos, en relación al homeschooling.

Para ser la primera vez que me entrevistan sobre el tema y haberme pillado totalmente por sorpresa, con la comida en el fuego y un bebé en cada pierna... creo que el resultado ha sido bueno.

Se puede leer pinchando en la imagen.