Cuando nací mi abuela era joven, tengo la imagen de unas piernas tersas con una falda justo por debajo de las rodillas y unos zapatos de tacón prudente. Pero ella lloraba segura de que no me vería crecer.
Por si acaso era cierto procuró estar en todos los momentos importantes de mi vida, y también en los triviales. Pero nunca olvidaba añadir: "cuando yo me muera..."
Y así crecí haciéndome a la idea de que cualquier día no estaría, y por si acaso era cierto me aferré a su presencia para no perderme ni un segundo.
Sus grandes cuidados consistían en pequeños gestos: partía siempre las galletas de chocolate por la mitad, porque enteras eran demasiado, pero luego me daba las dos mitades; preparaba siempre mis platos favoritos, incluso cuando me hice vegetariana y rompí sus esquemas; resoplaba cuando yo no mantenía en la casa el orden que ella esperaba, y mientras resoplaba colocaba todo a su gusto; me pedía que le pintara las uñas como si yo le hiciera un favor sabiendo que me encantaba hacerlo; en las noches de verano siempre me decía "vuelve a las 12 que ya sabes que tu padre quiere que estés en la cama a las 10"; y cuando iban a nacer mis pequeños, "si les das de mamar cuando quieran, les tienes todo el día en brazos y les acuestas a dormir contigo parecerás una gallina clueca, siempre con los polluelos bajo el ala!!" (pretendía disuadirme, pero me halagó...).
Y como era mi pasión, si me pedía que le contara qué me preocupaba, yo se lo contaba, a pesar de ser chica de pocas palabras; si me pedía un mimo, yo corría a sus brazos; si me pedía que recorriera media España para ir a verla, me faltaba tiempo...
Un día me dijo que no quería morir sin conocer un bisnieto, y como siempre he sido incapaz de negarle nada, le di tres. Ellos son el orígen y fundamento de este blog, pero se lo dedico a ella, mi abuelita.
Preciosa la dedicación de tu blog a tu abuela, me encanta cuando la gente aprecia y quiere a sus abuelos de tal manera.
ResponderEliminarun saludo
qué bonito, me has hecho llorar, yo también adoraba a mi abuelita
ResponderEliminarGracias Raquel.
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