Es verdad que la situación no es la más deseable, mi madre
trabaja en Alemania, mi padre estudia en Bilbao, mis abuelos viven en
Castellón… Son todos muy jóvenes, pero están ilusionados y aunque les preocupa
mi porvenir también confían en su capacidad.
Peso muy poquito, mi madre lo sabe y le preocupa, se lo
dijeron en Alemania donde todo está mucho más adelantado, aquí en España
todavía no usan los ecógrafos, al menos en este hospital, que sí lo tienen pero
en el almacén esperando a ser desembalado.
Ayer pensé que sería un buen día para nacer y por eso mi
madre empezó a tener fuertes contracciones, nauseas y malestar general… pero
cuando vino al hospital pensé que tal vez mejor esperar otro poco. Ella no deja
de caminar por el pasillo, tiene tan poca tripa que todo el mundo piensa que ya
ha dado a luz y le preguntan dónde está el bebé.
El personal sanitario no es muy amable, es verdad que mi
madre es muy joven, pero no es tonta y no hay necesidad de que la traten como
una niña. Incluso le han reñido por no entender el valenciano!!
Aunque la abuela y papá están todo el tiempo por aquí, la
verdad es que el ambiente es muy hostil y creo que no tendré más remedio que
salir hoy.
Nos han llevado al paritorio, no se permite la entrada de
ningún acompañante pero hay una sala de espera con megafonía y anuncian los
bebés que van naciendo. A mi padre le parece un alivio que se permita fumar.
En el paritorio sólo está la matrona antipática y un ATS
nuevo que se asusta por todo. Mamá se siente sola, lo sé. No quiere soltar la
palangana porque al menos así tiene a qué aferrarse. Ahora sí que tengo que
salir, no me queda más remedio porque me han enganchado con una ventosa. A mi
madre le han hecho tremendo corte pero se siente aliviada, dice que podría
tener hasta dos más… ¿será el efecto de la oxitocina?
Efectivamente soy chiquitilla, 2’5kg. No me dejan estar con
mi madre porque ella no para de temblar y temen que me tire al suelo, además
piensan que soy demasiado pequeña y deciden llevarme a nidos.
Por el camino me presentan a mi padre, mi abuela, mi abuelo
y mi tío que esperan impacientes (he sido la última en nacer esta mañana!!). Me
encantan. Me gustan tanto que no quiero ir a nidos, intento agarrarme a algo
pero sólo consigo arañar la nariz de mi tío.
Llevo varios días en nidos, mi madre viene a verme en cada
toma y el resto de la familia me mira a través de un cristal, aún así les
parezco preciosa. Yo sólo quiero dormir, estoy tan aburrida…
Los médicos no quieren darme el alta porque no se fían de
que mi madre me despierte para darme de comer, dicen que hay que pegarme en las
plantas de los pies, de lo contrario no despierto (qué exagerados!).
Por suerte ella se ha dado cuenta de que aquí todo funciona
por recomendaciones así que ha contactado con una enfermera tía de un conocido
que ha intercedido a su favor, ha dicho que mi madre es muy responsable y que
no dudará en hacer lo que sea necesario para darme de comer.
Nos mandan a casa!!
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