jueves, 19 de abril de 2012

Hijas.

Después de leer hace unos días el post de Mónica Felipe en Grupo Maternal, "Las hijas que son y las que nos gustaría que fueran", algo se me removió por dentro.

¿Será cierto que proyectamos en nuestras hijas aquello que no hemos logrado en nosotras?, ¿será cierto que tratar de vivir una maternidad consciente no te aleja de ese riesgo (ni de ningún otro...)?, ¿será verdad que nos fusionamos diferente con nuestras hijas por aquello de la feminidad?

Tantas preguntas...

Sí he podido comprobar que al mirar a mi hija de frente, ahora que empieza a abandonar su primera infancia, me veo a mi misma como quien se refleja en un espejo, y descubro todo aquello que no me gusta, bien clarito para que no haya escapatoria.

Es el favor que me hace mi pequeña con su presencia, con su existencia, con su inocencia... me obliga a revisarme, me pone contra la espada y la pared, me abre los ojos.

Y sé que en realidad es ella misma, que tiene su personalidad, su criterio, su vida, y que ahora mismo ese reflejo es algo que yo veo porque la miro, porque me dejo, porque la dejo a ella. Porque es el momento.

Cómo decía Mónica en uno de sus comentarios, lo que esperamos de nuestras hijas, lo que querríamos que fueran, tendremos que desarrollarlo en nosotras mismas. Y yo, que quiero para ella independencia, fuerza, libertad, firmeza... debo buscarlo en mi para permitir que ella tome su propia elección.

Al final debe ser cierto que somos, como madres, la fuente de trasmisión de la feminidad para nuestras hijas... que en nosotras van a ver un ejemplo de mujer, tal vez la raíz donde empezar a forjarse ellas mismas.

Así que mira por dónde, resulta que cambiar el mundo está en nuestras manos más que nunca...




6 comentarios:

  1. ¿Y este tipo de cosas sólo ocurren entre madres e hijas?

    ResponderEliminar
  2. Sí, estoy un poco con Maribel... no he leído la entrada que comentas, y no tengo argumentos de juicio, pero nunca me había dado por pensar en que esto sea cuestión de un sexo...
    ¿Acaso ocurre lo mismo entre papás e hijos? ¿Y no se da entre madres e hijos?
    No sé, no sé...
    En lo que sí estoy totalmente de acuerdo es que somos los PADRES los primeros ejemplos para nuestros hijos, con lo que somos la raíz de su crecimiento personal. Pero hay que saber distinguir lo que es acompañar a un hijo en su camino vital de lo que es modelar a un hijo según nuestro propio camino...
    Besitos mil!

    ResponderEliminar
  3. Maribel, Débora... obviamente ocurre también con los hijos varones, todos querríamos cosas maravillosas para nuestros hijos, independientemente de su sexo, y por maravillosas tal vez las quisimos también para nostras. El reto está en desear sin influir y en volvernos conscientes de lo que en realidad queremos o querríamos para nosotras y simplemente ponernos a trabajar en ello, pero para nosotras, y si después sirve de ejemplo, tanto mejor!!
    Sin embargo, no créeis que en algunos aspectos podemos sentirnos más identificadas con nuestras hijas, y viceversa, por el echo de ser chicas como nosotras?? Hay aspectos de nuestros hijos varones que necesitarán el espejo de otro varón, por lo mismo nuestras hijas necesitaran en algunos aspectos, el ejemplo de la feminidad.
    ¿Qué opináis? Besos!!

    ResponderEliminar
  4. No puedo hablar desde la experiencia porque soy madre de un niño. Pero creo que es cierto que entre madre e hija, por pertenecer al mismo género, hay conexiones, modelos, pautas... que nos ayudan a identificarnos como iguales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez puedas hablar como hija...
      Un abrazo!

      Eliminar
    2. Ay Nely... como hija hay tantas cosas no resueltas aún...

      Eliminar