jueves, 26 de abril de 2012

Mi primer embarazo.

La historia de mi primer embarazo no empieza con un positivo.

Empieza quizá el día que con 19 años fui a solicitar un niño en adopción y me dijeron que esperara a cumplir los 25 para apuntarme a una lista de espera de entre 6 y 8 años...

O es posible que empiece el día que con 21 recién cumplidos y después de pruebas varias e interminables, me dan un diagnóstico de "esterilidad de origen desconocido", y se quedan tan anchos!

O tal vez no, tal vez en realidad empieza 5 años después, tras cuatro ciclos de coito programado, tres inseminaciones artificiales, una terapia muy enriquecedora pero bastante inútil, una fecundación in vitro fallida, un desenamoramiento progresivo de la pareja por pérdida de la pasión... y cuatro embriones criopreservados de los que, en realidad, ya no quería saber nada.

Una carta indicando que el plazo para mantener los embriones criopreservados sin coste llegaba a su fin y había que tomar una decisión, o usarlos, o pagar.

Un nuevo tratamiento sin ninguna esperanza, viajes, ecografías, medicación..., cita para transferencia embrionaria un sábado. Llamada. Cita cancelada. Tres embriones que no sobreviven a la descongelación, queda uno pero tampoco parece que vaya a sobrevivir.

Lunes, nueva llamada. Milagrosamente ha sobrevivido y debemos acudir a una transferencia inmediata, fase de blastocito.

14 días después una beta positiva, bajita, pero positiva. Mucha incredulidad... levantamos las murallas. Baja laboral automática (y no deseada) por embarazo de riesgo. Tres meses de reposo sin parar de vomitar. Un ingreso de una semana por deshidratación.

Después nada más, los vómitos continuaron hasta los siete meses y medio, pero sólo por las mañanas de modo que el resto del día vida normal. Vuelta a mis dos trabajos, estudios, vida social...

Las murallas siguen creciendo, no quiero comprar ropita, no quiero hacer planes, no quiero hablar con el bebé... no quiero creérmelo! (por si acaso).

Y 40 semanas después de aquella beta positiva llegó un parto duro, medicalizado, peligroso para ambas, con momentos de auténtica desconexión, y que dio como resultado una semana de ingreso con reposo absoluto, dos transfusiones de sangre, un alta voluntaria en contra de la recomendación médica por anemia grave, imposibilidad de llevar a cabo la lactancia materna y...

Una bebita maravillosa que me hizo abrir los ojos, perder el miedo y olvidar todo lo anterior.







28 comentarios:

  1. Wuauuuu, que tormenta de cosas a bocajarro! Me he quedado impresionada y sin asimilarlo todo, creo que tengo que volver a leerlo. Que fuerte y que gran final. Un besito, ahora mira familia numerosa, todo merece la pena. Un besito!

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    1. Y tanto que merece la pena!! Pero a toro pasado es fácil decirlo...
      Besitos!!

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  2. Nely, nunca habría podido imaginar por todo lo que pasaron. Tienes una fortaleza tremenda y una porfía (en el buen sentido) notable.
    Me quedé sin palabras. La foto de tu hija entrega una paz muyu grande.
    Saludos.

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    1. Gracias Pamela, no sabía qué quería decir "porfía", aprendí algo nuevo!
      Un beso.

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  3. Una historia dura con un final muy feliz.
    Felicidades para las dos, que podéis estar juntas.

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  4. Que historia!!!! Me has hecho llorar.
    Pero que felices sois ahora!!!!

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  5. Uffff, conozco algún caso cercano del estilo y por el momento no han podido tener este final tan feliz. Así que ahora a disfrutar del resultado y como dices, con tan solo mirarla se olvida todo lo pasado.
    Campeona!!!

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  6. Felicidades por el final feliz, que foto tan preciosa

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  7. Conociéndote lo que te conozco, que es poco (pero espero, vayamos sumando) y tras leer esto, me reitero en tu fortaleza. Bonita!

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  8. no puede ser q el primer post q te lea, me haga llorar...

    cuando las cosas tienen q ser para ti, ni modo de esquivarlas!!

    te regreso al visita desde http://www.soymamablog.com y ya te di follow en twitter @soy_mama

    abrazos!

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  9. Maravilloso! qué increíble vuestra historia! les deseo puras cosas hermosas!

    Un abrazo

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  10. Vaya Nely, nunca pensé que pasases por algo así. Yo por suerte nunca he tenido que vivirlo en mis carnes, pero sí en las de un familiar muy muy cercano. Supuestamente él no iba a poder embarazar a su mujer de forma normal, así que optaron por invitro. Fueron muchos meses de decepciones hasta que llegó la enana que ya tiene dos años!! ¿Sabes lo curioso/gracioso? que cuando esta enana apenas tenía 9 meses se quedó embarazada de forma natural y ahora tienen dos princesas preciosas!

    A pesar de todo... es algo muy grande por loq ue vale la pena pasar todo eso, besos!!!

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    1. Si, suelen pasar esas cosas curiosas/graciosas, pero no siempre.
      Besos!!

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    2. Si, suelen pasar esas cosas curiosas/graciosas, pero no siempre.
      Besos!!

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  11. madre mía y yo pensando que lo difícil era cómo los estabas criando!!! un beso guapa, lo tuyo tiene mérito

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  12. Acabo de aterrizar aquí y lo primero que he leído me ha dejado sin palabras. Cuánto dolor y al final...cuánta felicidad. Con tu permiso, me quedo por aquí para seguir emocionándome contigo.
    Un beso.

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  13. Wow. Qué poder inmenso que tienen en esas caritas, en esas manitos, en su aroma a recién nacidos, para borrar todo el dolor que hemos vivido. Nuestros bebés son mágicos, no?
    Encantadísima de haberte encontrado hoy participando de Miércoles Mudo. Te sigo.

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  14. Hay no! que fuerte! (pero también hermoso final!). Soy tu fan jajajaja..ya van 3 post que dejo jejeje...uno por lectura jajaja es que provocas provocas :) Saludos!

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    1. Me alegra que comentes, siempre es enriquecedor saber lo que despiertas en el otro cuando te lee.
      Gracias!

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