viernes, 2 de septiembre de 2011

Que tengas buenos otoños.

"Quizá Septiembre más que el principio, fue un final
y aquel verano perdió sus hojas y algo más.
...
Una estación, vías que llevan a un adiós.
Dos ojos negros clavados tristes a un cristal
¡Sueños que has de aparcar!"
(Doctor Deseo)

Siempre, desde mi mente escolarizada, he tenido la sensación de que Septiembre era una nueva oportunidad, para empezar, para re-hacer, para re-tomar, para esperar con ansia e ilusión un nuevo verano que tardaría 9 meses en llegar.

El verano es tiempo de calle, de amigos, de calor, de trasnochar y levantarse tarde, o de vivir la primera experiencia laboral siendo estudiante, el primer amor... Los festivales, el río, la playa...

Pero siempre llega Septiembre con un aura de melancolía, como diciendo adiós... y las aventuras del verano empiezan a hacerse un poco borrosas, y parece que toca retomar rutinas, afilar los lápices y encerrarnos de nuevo en casa.

Y me pregunto: ¿por qué no nos rebelamos? Yo quiero un verano eterno, quiero vivir en la calle, tener siempre planes fantásticos y visitas diarias. Comprendo que no siempre puede hacer calor, pero sí cada día puede ser el comienzo.

Hace poco fue el cumpleaños de mi hermano, su mayoría de edad, era un día muy especial y todos le felicitábamos por ello, entonces Inés se acercó a él y simplemente le dijo: "Que tengas buenos otoños".

No tengo ni idea de por qué dijo eso, ni qué quería decir con ello, pero me pareció una frase realmente sabia. Esto no tiene por qué ser un principio, ni un adiós, cada estación puede ser una nueva aventura.

3 comentarios:

  1. Para mi septiembre es como un enero camuflado! Es un inicio pero también un "fin". Preciosa la frase de ¡Qué tengas buenos otoños!, nunca la había oído, pero me ha gustado.

    Un abrazo Nely!

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  2. Desde pequeña siempre he pensado que los relojes y lo que conllevan: horarios, limitación de la libertad, puntualidad, tensiones, brocas, nervios,..., no forman parte de la vida (aunque nos hagan creer que es lo más importante e imprescindible) pues no nacen en el campo como las flores sinó que son una invención del hombre y, en principio, una invención para controlar a las personas, disponiendo de su tiempo para obligarlas a hacer lo que establece el horario, ya sea laboral o escolar. Vivir en este ritmo y rutina, cada día, me ahogaba más (pues las exigencias van en aumento con los años y más si eres de índole responsable y currante)pero era necesario (hipoteca, impuestos, compras, gasolinas, coles,...). Cuando ya tuve la hipoteca pagada sentí que era el momento de iniciar otro tipo de vida más libre y autosuficiente (homeschooling entre otras cosas) y ahí llegó la gran lucha. La anterior: tirar p'alante, pagar la casa, trabajar con horarios de entrada y de salida, que siempre se alargaban pues te presionan a creer que el trabajo es sagrado y está por encima de todo, hasta de la familia, resultó ser cosquillas ante lo que me esperaba: La Gran lucha de verdad, pues tienes que pasar la barrera de los que se oponen a que hagas tu vida si no sigues horarios y las normas de los que continuan atados a las directrices que marca la sociedad (los padres a trabajar y los niños en la escuela). Rebelarse es necesario para las personas que nos sentimos ahogadas cuando nos limitan la libertad y nos pretenden manejar, las personas que no nos conformamos con vivir la vida como nos la "obligan" a vivir y hay que rebelarse, como bien expresas, porque te declaran la guerra; una guerra además que ni has pedido y ni, tan siquiera, habías podido imaginar. Tu misma conoces la "persecución y mala mirada" que se nos ejerce a las familias que optamos por esa educación libre de horarios y de septiembres que te privan de libertad durante los 9 meses que le siguen.
    De todas maneras, vale la pena rebelarse y aunque sea un camino duro y contracorriente, es libre, sin relojes ni horarios, porque es tu camino, el que tu decides, el que la vida real, la de las flores, te marca y te señala, el más importante pues es TU VIDA y cuando se acabe ya s'acabao! Espero no haberme hecho plasta con tanto texto pero hay cosas que no se pueden expresar con dos frases. Besos sinceros! Y como siempre, un placer leerte! Ah! Y si no has leído MOMO de Mickael Ende, te lo recomiendo pues pienso que te gustará!

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  3. Sarai, muy bien expresado con lo de "camuflado", cómo estamos de engañados...!!

    Lídia, totalmente de acuerdo. Sí he leído Momo, hace tiempo y me puso del revés, pero gracias por la recomendación porque he pensado que es un momento buenísimo para leerselo a mi hija, ya os contaré qué tal su reacción.

    Gracias por vuestros comentarios, me enriquecen muchísimo.

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