martes, 13 de septiembre de 2011

Sobre la marcha.

Nunca he querido perder de vista esa sensación de que el tiempo se te escapa, a veces puede ser estresante, pero en mi caso me empuja a actuar, siempre en movimiento.

Un "sobre la marcha" cuando el asunto no está claro hace que no te quedes parado esperando un mejor momento que tal vez no llegue.

Mucha seguridad en tus capacidades y fe en la gente que te rodea y te quiere, supone ya un logro y permite que todo siga rodando.

Lo confieso, casi siempre me lanzo sin mirar lo que hay debajo, pero también el equilibrio sobre la cuerda floja es un aprendizaje y puede ser divertido.

Ya lo decía mi madre: "si quieres, puedes". Y yo lo tomé al pie de la letra, aunque su "lección" no pretendiera ser literal, o ni siquiera buscara ser lección sino argumento para justificar una orden, lo cierto es que a mi me vale, y hasta la fecha cuando he querido, he podido (aunque mi propia madre no lo creyera...).

Y bueno, como tengo tanto que vivir y tan poco tiempo para hacerlo vivo con la sensación de que los cumpleaños, los míos, me persiguen. Con esta sensación llegué a los 29 y como afortunadamente las prisas no me impiden reflexionar, me di cuenta en una de aquellas que a la próxima cumplía 30, y dije, <<oh no!!, pero si yo quería tener más hijos antes de los treinta!!>>. Pues allá que voy, sin saber muy bien si sola o acompañada, pero con toda la ilusión del mundo.

Llegaron los gemelos..., y los 30!!

De nuevo reflexión, treinta años puede ser fácilmente un tercio de una vida (con llegar a los 90 me conformo...), y cumplir un tercio merece que yo misma me haga un regalazo, ¿qué puede hacerme muchísima ilusión?, lo típico que siempre he querido pero va quedando atrás...

Terminar la carrera sería un puntazo, pero no me da tiempo en un año.
¿Cambiar de trabajo?, es que el mío me gusta.
¿Un viaje por el mundo?, tal vez no es buen momento con los gemelos recién nacidos.
Algo más accesible... ¿qué tal poner el parquet en casa?, si!! siempre he querido hacerlo y siempre hay algo que parece más urgente, más necesario, o más cualquier cosa.

Me lanzo!!

Un mes más tarde compro todo el material, lo amontono en el trastero y llamo a mi pequeña tribu para ver quien se presta a ayudar, no hay marcha atrás, el material está comprado...

Llegó el día, después de tres meses con el parquet conviviendo con la humedad del trastero, el sábado empezamos la revolución, muebles para arriba, muebles para abajo, cajas, herramientas, serrín, polvo, niños, ruido... y parte de mi pequeña tribu (todo hombres por cierto) arrimando el hombro.

Esto va mucho más lento de lo que creía, pero teniendo en cuenta que ninguno de los componentes del equipo ha puesto parquet en su vida, la experiencia, y las risas, están mereciendo la pena.

Otra vez me he lanzado y otra vez me he caído, pero una vez más estaba la red esperando.

Gracias chicos!!!



3 comentarios:

  1. Todo se aprende poniéndose y, sobretodo, poniéndole ganas y buen rollo!!!!
    Respecto a los años, para mi siempre ha sido maravilloso cumplirlos porque acumulo otro año más de aprendizajes y experiencias; experiencias que, aunque algunas sean negativas, te cultivan y te hacen aprender si tu vida la enfocas en positivo y crees en ti! Besos sinceros! Ah! Y la madera es lo mejor!!!!

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  2. jajaja!!! genial, claro que sí, si otro lo hace tu también. Me encanta el suelo y los niños y lo de antes de los treinta, jajajaja!!!
    que sí que sí, que lo que deciá mi abuela era
    al final no te arrepientes mas que de lo que no has hecho!!!
    así que no pares
    un beso ( te lo dice la más lenta y pará del mundo)

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  3. Eso digo yo Lídia, todo es ponerse!!

    Raquel, me encanta la frase de tu abuela, me la apropio...

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