Estimado vagabundo,
Me decido a escribirle porque siento la imperiosa necesidad de agradecerle varias cosas, aunque le parezca extraño:
Gracias por haber elegido como vivienda el banco de la plaza que puedo ver desde mi ventana. Sé que en su elección no disponía de demasiadas opciones, pero está en ese banco y en esa plaza, y no en otra.
Gracias por su presencia serena, respetuosa, digna.
Gracias porque no abandona el orden en su vida, (y a todos se nos contagia un poco), preparando su "cama" puntualmente con la llegada de las primeras estrellas, y estando en pie cada mañana a las 7h, llueva o truene. Es usted un ejemplo de constancia.
Gracias porque nos enseña a todos los que pasamos por su lado, o le observamos por una ventana, que las pertenencias de una vida caben en el carro de un supermercado, y sobra espacio.
Gracias porque siempre tiene tiempo para escuchar a los transeúntes que se paran a desahogarse en su silencio, ¿qué importa si lo hace acompañándose de un cartón de vino?, lo hace y es lo que cuenta.
Usted me recuerda cada día el mundo en que vivo, donde la caridad está por encima de la solución, donde todos creemos tener más prisa de la que en realidad tenemos, donde las personas ya nos estamos yendo cuando todavía no hemos llegado, donde saber parar, mirar y sentir está reservado para unos pocos. Todo esto que me enseña me hace más sensible y al mismo tiempo más fuerte, gracias.
Y gracias muy especialmente porque usted es parte de la sociedad que educa a mis hijos con su presencia, con sus palabras, con su silencio...
Atentamente,
La que pasea al perro por su plaza bien entrada la noche
y lo hace de puntillas para no perturbar su sueño.
PD. Por favor, cuídese esa tos.
Muy lindo tu post, entrañable. Debe ser una vida muy dura. Un saludo ;)
ResponderEliminarhttp://yanethpoints.blogspot.com/
Que carta tan bonita.
ResponderEliminarLastima que haya poca gente capaz de ver lo que tu ves.
Me ha gustado mucho. Muy bonito. Me alegro que haya gente cómo tú. Muchos de nosotros tendríamos que dar gracias a todo lo que tenemos.
ResponderEliminar"Puede que a veces sólo dámos importancia a las cosas cuándo las perdemos."
Con tu permiso haré una publicación en mi blog hablando de éste escrito que nos has presentado.
Salutaciones.
Educació i les TIC
Me ha encantado leerte, tienes una sensibilidad tremenda!!! me quedo por aquí conociendote un poquito más y te animo a que me conozcas en www.creciendocondavid.com
ResponderEliminarDetrás de cada indigente hay una historia que es la que nadie quiere escuchar, por ello, se encuentran en estas situaciones tan inhumanas de las que les es muy difícil salir y en la que otras personas, con su desprecio, las han metido. Nadie quiere este tipo de vida y no llegan a ella porque si. Si vivieramos en una sociedad, realmente sensible y respetuosa, esto no pasaría! Besos sinceros!
ResponderEliminarQue vida tan dura... Bonito post!
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