Cuando el mundo se paraliza porque es festivo, los niños salen a la calle y de pronto, nada corre prisa ni es urgente.
A muchos os parecerá que para eso está el domingo, pero cuando uno trabaja todos los fines de semana, acaba echando de menos ese tipo de días...
Pues el martes pasado, día del Padre, fue uno de esos días, y lo aprovechamos al máximo!
Para empezar el día organizamos una quedada de familias con estilos de crianza afines a los nuestros y nos reunimos para compartir un concierto especialmente pensado para familias con niños.


El concierto estuvo a cargo del grupo Desiguales y fue un gran acierto, lo disfrutamos muchísimo.
Nahuel, fiel a su esencia, prefirió escuchar la música desde el fondo de la sala, donde podía controlar el espacio y los decibelios.

León, como es habitual, se dejó abrazar durante todo el concierto sin perder detalle de las guitarras, los cantantes, el violín...
La música le hipnotiza.
E Inés, preadolescente en potencia, no dejó de bailar, cantar, emocionarse... y finalmente hasta se atrevió a pedir autógrafos. Incluso se ofreció para formar parte del grupo!
Después del concierto algunas familias se marcharon a cumplir con sus obligaciones con la familia extensa (comidas y más comidas...) y otros, menos cumplidores, seguimos nuestra marcha.
Y acabamos comiendo en un parque de bolas donde los niños disfrutaron enormemente.

Pero todavía no teníamos bastante y terminamos la tarde en casa de una de nuestras queridas familias afines, rodeados de animales fantásticos, adultos con ansias de compartir, niños con ganas infinitas de jugar, y tiempo!!
Deseando repetir la experiencia...